MANEJO A SEGUIR EN UNA PACIENTE EMBARAZADA CON HEMORRAGÍA

 Se entendemos como genitorragia de la segunda mitad del embarazo a la aparición de sangrado en la región genital que se produce después de las 20 semanas de gestación. La genitorragia puede originarse en cualquier sitio en el área genital, producto de diferentes procesos patológicos. La metrorragia de la segunda mitad del embarazo es un problema, potencialmente grave para el feto y la mujer embarazada. La metrorragia de la segunda mitad del embarazo reconoce etiologías diferentes muy diferentes a la metrorragia del primer trimestre del embarazo, en que las causas son: aborto, embarazo ectópico y enfermedad trofoblástica gestacional. 

La paciente que presenta sangrado profuso debe ser clasificada como prioritaria. Se debe evaluar correctamente la cantidad y el ritmo de la pérdida sanguínea. Los sangrados en las gestantes pueden ser catastróficos, no siendo siempre evidentes como en hemoperitoneo o hematomas. Por tanto, en toda paciente que se sospecha un shock hipovolémico se deberá hacer un control regular de presión arterial y pulso.

 Será preciso valorar: - Signos de gravedad: confusión, obnubilación, hipotensión.

 - Evaluación inmediata de volumen intravascular y el estado hemodinámico: reevaluación constante de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial. Hemorragias en la primera mitad de la gestación (<20 semanas): si nos encontramos ante una gestación controlada, ésta será intrauterina, excepción hecha con la gestación heterotópica. Para filiar el origen del sangrado hay que tener en cuenta que: Es necesario explorar los genitales externos para descartar un sangrado vulvar.

 Las lesiones vaginales habitualmente requieren sutura. Los sangrados cervicales tienen diversos orígenes: ectopia propia del embarazo, cervicitis Hemorragias en la segunda mitad de la gestación (>20 semanas): la gestante que presenta un sangrado en la segunda mitad de la gestación puede deteriorarse rápidamente. El objetivo del tratamiento debe de ser recuperar o prevenir este deterioro. Una vez la paciente se encuentre estable se instaurarán medidas más específicas. Se trasladará a la paciente a un centro donde pueda llevarse a cabo, si fuera necesario, una transfusión sanguínea, una cesárea de urgencia, asistencia neonatal (de manera ideal a un centro que disponga de UCI neonatal) o una laparotomía. 

Es preciso preguntar por la edad gestacional y, si se dispone de exploraciones ecográficas previas, verificar la localización de la placenta y analizar los posibles desencadenantes del sagrado como traumatismos, coito o inicio espontáneo. 

- Antecedente o no de episodios previos de sangrado (más característico de la placenta previa).

 - Presencia de dolor y sus características: 

- Inicio: paulatino-progresivo (contracciones), súbito (hipertonía). 

- Evolución: intermitente (dinámica), mantenido (hipertonía).

 - Rotura de membranas asociada o ausente. En el estudio de la paciente hay que analizar: - Control de constantes, presión arterial, pulso, frecuencia respiratoria.

 - Signos clínicos de shock: estado confuso, extremidades frías, hipoperfusión distal, piloerección. - Evaluación del fondo uterino. Verificar correspondencia con edad gestacional, tono uterino, presentación fetal. 

- Explorar los tonos cardiacos fetales. 

- Exploración vaginal. Sólo puede realizarse cuando se haya descartado una placenta previa. Por eso la exploración general suele ser de la vulva, y debe ir dirigida a evaluar la cantidad y color del sangrado. Confirmar si el sangrado ha cedido o prosigue. Cuando se ha descartado la placenta previa deberá hacerse un tacto vaginal para comprobar si hay modificaciones cervicales. 

Hay que tener en cuenta si la hemorragia tiene lugar en el momento del preparto o el intraparto. Si es en el momento de parto hay que contemplar tres entidades nosológicas: desprendimiento prematuro de placenta normalmente inserta, placenta previa y la posibilidad de una rotura uterina si la hemorragia ocurre dentro del parto. Ante sangrado severo o persistente se debe valorar la reposición de productos sanguíneos

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